Literatura cripto-disidente: La Conjura de los necios

¿En el siglo XX habrá literatura que despierte un pensamiento crítico y disidente? Uno suele hacerse esta pregunta cuando se da cuenta que prácticamente todos los medios de entretenimiento u artísticos han sido consumido, secuestrados ¡que va! expropiados por los liberales y si queremos extendernos por «marxistas culturales» (por muchos motivos, no me gusta usar el término) la literatura siendo una de las más deliciosas y de fácil acceso pues también ha sido la que más secuestro y prostitución ha sufrido, por eso mismo se da la pregunta al cielo ¿Podemos encontrar literatura disidente/Católica del siglo XX? Pues claramente sí, ejemplos tenemos varios creo que el más conocido gracias a su difusión en Internet ha sido al Británico Católico G.K Chesterton; Sin embargo la novela que les contare hoy no es precisamente escrita por un disidente o fuertemente practicante de la fé Católica, más como dice San Pablo en Filipenses 4,8.

«8. Por lo demás, hermanos, todo cuanto hay de verdadero, de noble, de justo, de puro, de amable, de honorable, todo cuanto sea virtud y cosa digna de elogio, todo eso tenedlo en cuenta. 9.Todo cuanto habéis aprendido y recibido y oído y visto en mí, ponedlo por obra y el Dios de la paz estará con vosotros.»

Esta novela es un buen ejemplo de virtud ¡en sátira! en especial cuando vemos el comportamiento de nuestro nada heroico pero crítico, anacrónico y reaccionario protagonista y como no se ajusta al mundo donde vive esa Nueva Orleans de los 60´s , conocida por su multiculturalidad, capitalismo extenso y una vida de bullicio contraria a la personalidad, pensamientos y vista del protagonista «Ignatius J. Reilly» quien suele criticar como está bella ciudad abandona su estilo de vida más similar al mediterráneo a Europa por ser una meca del capitalismo tal cual lo serian «New York» o «Chicago» -las cuales solo elogia sus fábricas por el olor a humedad que tienen- Volviendo centrado a la historia es básicamente ver a Don Quijote sin hidalguía y en los perfidos años 60´s, las quejas de Ignatius recuerda mucho a la que hoy por ejemplo sacamos nosotros…En un principio al leerlo puede que le cojamos odio, pero entre más leamos sus desventuras más entrañamos con él, al principio podemos creer que es un vago quejica bueno para nada pero mientras avanzamos nos damos cuenta que es una mente maestra escribiendo ensayos extensos de su visión del mundo y como el lo arreglaría -aquí me atrevo a decir que fue una pequeña auto inserción del autor- El mismo editor del libro (quien al principio se rehusaba a leer la obra de un suicida) quedo maravillado de los paralelismo no intencionales de Ignatius con Don Quijote…La Conjura de los necios debe ser una versión del Quijote para los que nos ahogamos en este mundo moderno.


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