El mestizaje es una pieza central en la construcción de la identidad Hispana, es inevitable tratarlo cuando se habla de la historia Española y de nuestros orígenes. Siendo un tema de tal importancia, hay que tratarlo y verlo en el contexto correcto pues a veces en el celo por defendernos de las tanta calumnias y difamaciones que nos han lanzado durante los siglos -y que nos siguen lanzando- suele tratarse de una manera que no es apropiada.
Los Hispanos no podemos jugar el juego de la «raza», al menos no desde las coordenadas racistas de la derecha disidente de corte puritano anglosajón, que trata a las razas como entidades metafísicas platónicas que deben permanecer siempre «puras» y separadas, he escrito antes como nuestra historia y legado no nos lo permite y como es una tontería que un hispano intente jugar ese juego con reglas de una civilización si no enemiga, si con una historia completamente distinta. No podemos porque, a pesar de que las calumnias que nos lanzan sobre que tan mezclados son los hispanos son absurdas y exageradas, el mestizaje racial si juega un papel mucho más grande en nuestra historia que en la de ellos, especialmente en América.
Entonces en respuesta al puritanismo racial suele emerger el anti puritanismo racial, y es acá donde quiero llamar a tener cuidado, debemos tener cuidado de no caer en las mismas tácticas (y taras) del enemigo, ahora volviendo al mestizaje un fetiche, volviéndonos «supremacistas» pero ahora del mestizaje en vez de la pureza. El problema central de los que se suscriben a ideas de supremacía y pureza racial es que vuelven a la raza un ídolo, un dios, nuestra respuesta no puede ser entonces volver el mestizaje en un ídolo y dios rival.
¿Cómo debemos ver al mestizaje entonces? Es importante recordar que el mestizaje en si mismo no es una nacionalidad ni es una fuente de fortaleza, no es un bien que debe ser perseguido por si mismo, como se hizo en Paraguay bajo Gaspar Rodríguez, el mestizaje es algo que ocurre en la naturaleza cuando poblaciones humanas bajo algún proceso de convivencia (pacifica o violenta) produce que se asimilen grupos entre sí. En el caso Hispano el mestizaje es la consecuencia natural del carácter Generador del Imperio Español donde se buscó la inclusión de los indígenas en vez de su exterminio y donde el tema racial era tratado como algo de menor importancia que como lo han tratado otros pueblos y naciones como EEUU o Inglaterra.
El mestizaje es un subproducto o una consecuencia de la grandeza del carácter Imperial Católico de España, su fortaleza y capacidad de asimilación de lo que tuviera enfrente, no al revés. Es un factor que ciertamente nos diferencia del colonialismo Europeo y es un punto que, si bien es cierto, no debe ser minimizado para buscar agradar a los «puritanos», no debemos nosotros caer en errores de darle una sobre importancia que no tenía ni en la época imperial. Lo que debemos defender ante los puritanos, más que el hecho «racial» en si, es que nosotros si tuvimos y tenemos la fortaleza para asimilar a otros por no valorar la pureza (o la impureza) por si misma, porque al final, todo tipo de pureza no es más que fragilidad.
