La pornografía en nuestra sociedad: una mirada al futuro

La pornografía es uno de los tipos de contenido más populares en Internet, es muy probable que usted haya visto alguna vez algún tipo de pornografía independientemente de si es hombre o mujer, pues un tercio del total de consumidores de pornografía son mujeres actualmente. La pornografía es una industria vasta y tiene un muy considerable número de seguidores, 35% de todas las descargas de Internet es pornografía y hasta un cuarto de todas las búsquedas en google están relacionadas con la pornografía.

La pornografía típicamente se entiende como un asunto de consentimiento, en el cual las personas eligen participar, y no es algo que este artículo piense disputar, el enfoque más bien será respecto a nuestra sociedad en la cual la pornografía está normalizada y es así de consumida. Lo que las personas decidan o no decidan hacer es algo en lo que el autor de este artículo no piensa influir de ningún modo.

Una manera de analizar el fenómeno de la pornografía en nuestra sociedad podría ser con el lente del feminismo, las feministas típicamente dicen que mirar pornografía causa que los hombres valoren a las mujeres cada vez más por sus atributos físicos y menos por su capacidad mental, que hace a los hombres más sexistas y que objetifica a la mujer, pero la evidencia muestra que lo contrario ocurre en el cerebro del consumidor de pornografía. Los hombres que consumen pornografía tienden a tener opiniones más igualitarias con respecto a los roles de género, favorecen que la mujer trabaje y están a favor del aborto, de acuerdo con este estudio y este artículo en psychology today , el cual nos dice que «un efecto interesante ocurre cuando la gente mira pornografía. Se vuelven más igualitarios, más solidarios con mujeres y hombres que comparten roles y trabajo, y menos aceptación de la discriminación basada en el género. También se vuelven más receptivos a la diversidad sexual y menos estigmatizantes hacia la homosexualidad. Se vuelven menos religiosos e incluso pueden experimentar más crisis de fe. Disfrutar de la pornografía hace que las personas cambien sus creencias sobre el sexo y el género y, en algunos casos, rechacen los valores dogmáticamente rígidos de sexo / género que les enseñaron en la iglesia. Nuestra sociedad se está volviendo menos dogmática sobre el sexo, más igualitaria y más receptiva a la diversidad sexual. Cuando nuestro dolor y nuestras luchas surgen de un conflicto entre estos diferentes conjuntos de valores, ver pornografía puede, en algunos casos, hacer que las personas sean más receptivas y menos críticas, tanto de sí mismas como de los demás. Esta es la razón por la cual los terapeutas sexuales generalmente deben asistir a los SAR (seminarios de reevaluación de la actitud sexual) donde están expuestos a la pornografía y la diversidad sexual, y se ven obligados a confrontar y examinar sus creencias sobre el tipo de sexo «correcto»». De esto podemos concluir que las feministas, para variar, se equivocan una vez más con respecto a la pornografía, pero ¿esto quiere decir que la pornografía no es dañina? Para nada.

Lo hallado por los estudios de arriba tiene sentido, pues hay que considerar que todos estos rasgos; roles de género, tradicionalismo, moral cognitivista con respecto al sexo, todo esto se correlaciona con un fuerte sentido de escrupulosidad, esto es el rasgo de la personalidad que determina hasta qué punto podemos controlar nuestros impulsos y deseos. Un alto nivel de escrupulosidad está relacionado con poder retrasar las gratificaciones, mientras se planea el cómo lograrlas y se trabaja duro para obtenerlas, estas personas son usualmente confiables y responsables. Por otro lado un rasgo que es inherente a personas con bajo nivel de escrupulosidad es resistirse a los roles asignados, se sienten para estas personas como una agresión hacia ellos. Los individuos con bajo nivel de escrupulosidad tienden a rechazar las ideas conservadoras, mientras que los que tienen alto nivel de este rasgo tienden a favorecer opiniones conservadoras, y la pornografía de hecho disminuye el nivel de escrupulosidad, este estudio nos dice que «La neurociencia ahora sabe que la fuerza de voluntad es una función de los lóbulos prefrontales del cerebro. Los estudios científicos también han confirmado que el uso de pornografía una y otra vez en realidad modifica estas áreas del cerebro, literalmente erosionando nuestra fuerza de voluntad y nuestra brújula moral. Los neurocientíficos lo llaman hipofrontalidad. La hipofrontalidad es un estado en el que hay una disminución del flujo sanguíneo a los lóbulos prefrontales del cerebro. La hipofrontalidad se observa en pacientes con esquizofrenia y también en todo tipo de adicciones, la pornografía no es una excepción.» 

Se ha demostrado en varios estudios (como éste de Jordan Peterson) que los individuos con hipofrontalidad tienden a ser liberales, mientras que los individuos con altos índices de escrupulosidad tienden a tener opiniones conservadoras, por lo tanto tiene fuerza el argumento de que la pornografía es una herramienta de los marxistas culturales para destruir la familia tradicional, ya que consumirla causa la degeneración de la escrupulosidad en los individuos, y con esto viene un rechazo a los valores tradicionales.

Y éste no es el único argumento contra la normalización del contenido pornográfico en nuestra sociedad. En biología existe algo llamado el efecto Coolidge , un fenómeno observado en la práctica totalidad de las especies de mamíferos en los que se ha probado, en virtud del cual tanto machos como, en menor medida, hembras muestran un aumento de la disposición a mantener relaciones sexuales ante la presencia de nuevos compañeros receptivos, esto es una ventaja evolutiva, pues le permite al macho preñar a varias hembras en vez de quedarse sólo con una. El efecto se ha observado bien en ratas, se coloca una rata macho en cautiverio con otras dos ratas hembra, y la rata macho tendrá sexo con ellas rápidamente, pero luego de un rato se cansará de sus parejas, y tendrá sexo con ellas cada vez menos frecuentemente y con menos vigor, pero cuando le cambian a sus parejas sexuales, el interés sexual por las nuevas parejas se reavivará. Este efecto ha sido documentado en humanos, específicamente en un estudio titulado, Los hombres eyaculan volúmenes más grandes de semen, más esperma móvil y más rápidamente cuando se exponen a imágenes de nuevas mujeres, esto significa que algo similar al efecto Coolidge ocurre al ver pornografía.

Ahora, la razón por la que deseamos y buscamos tener sexo es por la dopamina, la dopamina es un químico que nos incita a buscar, nos motiva a repetir comportamientos que consideramos placenteros, por eso la dopamina es tan a menudo responsable por las adicciones. La dopamina se segrega ante la novedad, consumir lo mismo es aburrido para nuestro cerebro y la dopamina nos hace buscar algo nuevo para consumirlo, esto tiene un efecto cuando vemos pornografía, explica porque es tan adictiva, pues rápidamente podemos acceder a contenido nuevo para reemplazar lo que ya hemos visto, lo cual asegura que la satisfacción del uso continuo de ésta sea permanente, además de que es infinitamente más fácil buscar nuevo contenido pornográfico que salir a intentar conseguir mujeres reales y, como es el caso para la mayoría de los hombres, ser rechazado. Además la dopamina puede hacernos sentir una gran variedad de emociones como la sorpresa, el agrado, conmoción, etc., las cuales se pueden experimentar al ver pornografía, pues la dopamina se renueva ante la novedad de lo que va apareciendo en nuestra pantalla.

Además la pornografía afecta en cómo los hombres se relacionan con las mujeres, el uso compulsivo de la pornografía se relaciona con problemas que tienen que ver con la atracción, la excitación y el desempeño sexual de los hombres. Hay una abundancia de estudios que sugieren que los hombres que consumen pornografía tienen problemas de bajo libido y disfunción eréctil. Un estudio aplicado a estudiantes de universidad concluyó que aunque la mayoría de los hombres consumen pornografía, existe una correlación directa entre el un alto uso de pornografía y preferir ver pornografía a tener sexo con una persona real. Además se encontró que el uso de pornografía contribuye a empeorar el estado de una relación, causando que el hombre en ella prefiera ver porno a estar con su pareja, lo que le trae a ella sentimientos de inseguridad.  Lo erótico funciona creando una distancia, un espacio para que el verdadero eros sea ocupado por El Otro, pero el porno destruye ese espacio, poniéndolo todo a la vista. Cuando la otredad es despojada del Otro, no se puede amar, sólo se puede consumir.

Parece, entonces, que la pornografía ha disminuido el valor en el mercado sexual de la mujer, pues los cerebros de los hombres no diferencian entre una mujer real y una virtual que sólo está en una pantalla, entonces un superávit excepcional ha devaluado a las mujeres a los ojos de los hombres, cuando se tiene un catálogo de las mujeres más deseables en línea, se tiende a distorsionar cómo se perciben las mujeres en la vida real, pues la mayoría no se ven cómo las actrices porno preferidas por los consumidores de pornografía, además el ver pornografía no requiere de esfuerzo, y no puedes ser rechazado por tu actriz porno preferida.

Sin embargo la devaluación de las mujeres en el mercado sexual parece ser mínima, todos siguen prefiriendo una mujer real en vez de una virtual, y los hombres siguen mostrando interés en ellas, pero en el futuro cercano esto podría cambiar, con el desarrollo de muñecas sexuales en el horizonte y con los hombres siendo cada vez más castrados en su interés sexual por el feminismo y su hipercorreción política, por ejemplo con la narrativa de la «cultura de la violación», una narrativa que hace pasar comportamientos libres y elegidos por las personas involucradas como si fueran violación, demonizando a los hombres y enseñando que el concepto de «consentir» se les debe enseñar incluso a los hombres adultos, hablando de que la masculinidad es tóxica, manspreading, mansplaining, etc. Esto ha causado el surgimiento de movimientos como los MGTOW, hombres cansados de las mujeres que prefieren alejarse de la compañía femenina, pues opiniones como las expresadas anteriormente son comunes entre las mujeres.

Tecnológicamente hablando, las mujeres han elegido el peor momento para adoptar estas posturas tan demonizantes y tóxicas hacia los varones, pues con el desarrollo de robots sexuales que se ven como mujeres soñadas, muchos expertos tienden a pensar que la nueva norma será buscar sexo con este tipo de robots y no con mujeres reales, pues los robots son más compatibles con la naturaleza sexual del hombre, y no repetirán los dañinos mantras feministas que la mujer moderna ha aprendido.

La mujer está por perder el monopolio en el mercado sexual que siempre ha tenido por biología, por eso varios grupos de feministas han buscado prohibir estas muñecas o demandan que las hagan más realistas, la mujer quiere proteger su monopolio en el sexo, pero ir en contra de este monopolio es ir en contra de la naturaleza, la tarea de la reproducción está dividida en dos partes, la masculina y la femenina, los hombres proveen y las mujeres seleccionan la siguiente generación de seres humanos y crían a éstos cuando son niños.

En la sociedad moderna las mujeres ya no invierten la misma cantidad de recursos y tiempo en la crianza de niños, y los tienen a edades más avanzadas, pero el hecho de que nuestro estilo de vida sea diferente al condicionamiento biológico que hemos traído cargando con nosotros por miles de años, no va a cambiar dicho condicionamiento. Sigue siendo verdad que las mujeres hacen la elección y que 80% de mujeres desean reproducirse con tan sólo el 20% de los hombres, mientras los hombres compiten entre ellos y los más aptos son seleccionados por las mujeres, permitiendo que sólo los mejores genes se reproduzcan, es simple naturaleza que la mayoría de los hombres fracasen sexualmente, mientras que las mujeres tengan alto valor en el mercado sexual.

Aunado a lo expresado arriba, hay otra razón por la cual las mujeres temen perder su monopolio en el sexo, y esto es porque las chicas modernas han sido adoctrinadas por el feminismo y el marxismo cultural para creer que las mujeres tradicionales dedicadas al hogar y devotas a la crianza de sus hijos no tienen valor, la educación moderna ha demonizado el rol tradicional de la mujer y han convencido a las generaciones actuales de que no necesitan ser saludables estar en forma ni pensar en el prospecto de tener una familia, esto mientras los hombres siguen atraídos por la figura tradicional de la mujer, delgada, con curvas y sumisa por simple biología y no se puede cambiar con adoctrinamiento social.

A medida que los robots sexuales con apariencia de mujer se vuelven algo más y más cercano a la realidad, y, como ya mencionamos arriba, son más compatibles con los hombres; si las mujeres quieren retener su monopolio en la selección sexual, tendrán que conformarse a los roles de género tradicionales que el hombre busca. Por mucho tiempo las mujeres han podido desafiar lo que el hombre quiere, porque ellas no son recompensadas con sexo, ellas lo dan la recompensa, mientras que los hombres han tenido que hacerse aptos para recibir dicha recompensa.

Éste es un futuro que no es deseable, es sombrío, aunque muchos hombres, en espacial en la comunidad red pill encuentren placer en la ironía de que ahora las mujeres tendrán que pasar por lo que los hombres pasan todo el tiempo en el mercado sexual, el autor de este artículo encuentra muy problemático este futuro, pues este futuro actúa en detrimento de lo que realmente importa al tradicionalismo, que no sólo consiste en mujeres femeninas, sino también en relaciones sanas con hijos, y éste es el mayor problema con la pornografía, que es un detrimento a las relaciones humanas, confunde nuestra percepción de las mujeres, no nos deja estar a gusto con las mujeres en nuestra vida y las abarata. Es importante recordar que todo lo bueno que tiene la humanidad biológicamente ha sido seleccionado por mujeres, y no es deseable contribuir a que esto deje de ser así.

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