El primer impulso sería decir algo así como “donde haya bananas”, o “el tercer mundo”, pero la respuesta no es tan simple. Si, es cierto hay mucho solapamiento entre el concepto de “republiqueta” y de “república bananera”, pero para nosotros el “mundo republiqueto” es algo más acotado y aunque sorprenda a muchos, no abarco solo el “tercer mundo”, parte del primer mundo está incluido también.
El mundo republiqueto es menos que el tercer mundo entero, pero más que “Latino América”. El mundo republiqueto son todos los restos del desmembramiento del imperio español. Todas las “repúblicas” y países que salieron de su caída y que todas tienen muchísimas, si no todo en común: misma lengua, misma religión, misma corrupción, todas perdieron su soberanía y terminaron siendo, eventualmente, estados vasallos o de los ingleses o de los estadounidenses. Pero va mas allá, todos estos restos del imperio tienen en común que terminaron siendo repúblicas basura con élites podridas y serviles, vendidas a intereses comerciales extranjeros, con repudio a su propia historia y con un fetiche de querer buscar o “imitar” modelos foráneos por todos lados.
Estos restos no son solo en América, incluyen a España misma. La versión actual de España es una republiqueta, como las del otro lado del Atlántico, con sus “problemas del primer mundo” seguro, pero con el mismo problema central que existe en América que es el naufragio nacional post-imperial.
El mundo republiqueto es este mundo en el que vivimos todos los hispanohablantes, que pasamos de ser los dirigentes del globo a los payasos que en un lado del Atlántico se dejan espoliar sus recursos por corporaciones internacionales y una élite podrida, a la vez que lloran porque hace medio milenio “les robaron el oro”, mientras que del otro lado del océano se dejan desmembrar su industria y el territorio por andar creyendo en cualquier libelo y difamación histórica que les hayan lanzado.
¿Dónde queda el mundo republiqueto, entonces? No queda más, querido lector, que ver el mapa en nuestro logo.