Colombia sufre

Colombia sufre por el modernismo

Colombia sufre por la democracia.

 Lo cual toma relevancia en la administración deficiente de 2020 mandada por cuarentenas extendidas ante un virus falso que solo destruyó los pequeños negocios y a quienes viven del día a día; la brecha entre ricos y pobres crecía mientras los pobres no podían salir a trabajar o dependían de ayudas precarias estatales mientras los ricos realizaban sus actividades comunes. En el medio sufría la clase media que tenia que recurrir a prestamos usureros para surtirse o no veía apoyo estatal alguno. A esto se suma la cantidad de despidos y bancarrotas por las empresas medianas y pequeñas que no resistieron estas cuarentenas.

El tejido social fue quebrado por las separaciones entre personas. La nueva vista sobre los amigos, vecinos y compañeros era una amenazante, peligrosa y de lejanía; esta vista fue la que reinó en las ciudades grandes como Bogotá o Medellín donde ya reinaba la frialdad en sus habitantes mientras que fue poco aplicada en los pueblos o localidades centrados en estos lazos comunales tan importantes. Con el desdibujo de las familias, las comunidades y las colectividades se vio la alienación del ciudadano frente al otro; cada vez mas se hablaba de riesgos sanitarios y de la posibilidad de muerte como el peor de los destinos ante un virus cuya mortalidad es menor al 5%. La propaganda era tan efectiva que la mayoría la tomo por sentado y dejo de verse con sus amigos, párrocos y vecinos para ilusoriamente protegerse del “virus”. Esta vista es la esquizofrenia colectiva por el temor a la muerte. Es una tristeza que muchos católicos hayan caído en él, pues bien, se sabe que el peor destino de un cristiano no es la muerte sino la lejanía de la Santa Trinidad.

La narrativa sanitaria siguió dominando con poca o ninguna resistencia por parte de sus detractores. Muchos seguían a medias las indicaciones o la aplicaban con gente ajena a sus familias, se veía como un mal menor o un consenso irrelevante. Los contagios aparentes subían y el miedo tomo a las personas, esto llevo a que se cerrara el espacio publico junto a una mayor atomización de las personas. Empero, muchos decidieron tratar de seguir sus vidas normales o verse en la clandestinidad sin mayores líos; de vieja data se sabe que la ley se dice y que muchas veces no se escucha. En este caso, seria insensato seguirla. Pero las grandes voces se tomaron las mentes, las estadísticas aparentes y los políticos tomaban decisiones junto a la Iglesia que decidió volverse virtual; la ciencia posee la verdad y por tanto se obedece lo que dice la autoridad. Esta falacia de no criticar a la aparente ciencia es lo que interiorizo los mandatos de la narrativa sanitaria y logro su rápida aceptación como dogma. El clero poco a poco busco integrarse a esta realidad y llegar a los fieles, nunca se detuvo el oficio; y esto es importante para recordar las necesidades espirituales de muchos desesperanzados.

Los desesperanzados sufrían por los limites inhumanos a donde fueron llevados. Con sus amigos, familias y comunidades distanciadas solo quedaba el individuo. Esta abrupta atomización y sectorización de los lazos naturales del hombre solo llevo a un incremento en la pobreza, la usura, el desempleo, la violencia, el egoísmo, la falta de caridad y la irracionalidad. Por todas estas razones se incrementó el alcoholismo, el robo, la drogadicción; es la conclusión ultima de un sistema relativista. El totalitarismo sanitario, donde la salud debía proteger por todos los medios. No miran a la realidad. La realidad es que muchos perdieron sus trabajos, matrimonios, amigos y no pudieron comulgar por un virus de mínima mortalidad. Se hizo todo en nombre de la salud olvidando la inmortalidad del alma y la salvación eterna. Todas estas autoridades olvidaron el valor de la amistad, la familia, la Iglesia y la Salvación, solo mostraron su tajante materialismo que rechaza toda metafísica.

Con todo esto se ve el ataque económico, social y espiritual que se hizo contra el colombiano común. Este gobierno de centro derecha liberal que cometió excesos contra los colombianos, los cuales solo fueron la llamarada suficiente para la radicalización. El ineficiente gobierno empezó a ser criticado por la falta de las vacunas, donde estas se veían como la panacea universal que redimiría la tortuosa pandemia. Tras la caída de un aparente segundo pico, en enero y febrero del 2021 se abrió el espacio publico y el miedo se había ido; mucha gente se reunió y se retomaron muchas actividades con restricciones mínimas o ninguna, el optimismo crecía con la implementación de sustancias llamadas vacunas en las personas. Todo este optimismo de volver pronto a la normalidad y salir de la tiranía sanitaria fue demolido rápidamente.

Luego de los incrementos de los aparentes casos de infección en marzo y abril volvieron las restricciones. Es el regreso de la tiranía sanitaria… pero con ironía. Luego de que muchos fueron recuperando sus trabajos, volvieron a sus parroquias y tuvieron una bocanada lejos de la tiranía, se dieron cuenta que con el avance de las vacunaciones no se debía mantener la restricción impuesta por el gobierno. He aquí el inicio del caos actual, ya que todas las energías reprimidas empezaron a salir de manera burbujeante y efervescente. La ira del trabajo perdido, el matrimonio dañado, las comunidades divididas tras una semana santa restringida… todo señalaba a que se había hecho un mal manejo de los recursos y que injustamente todo el sistema político había tomado estas decisiones. El cansancio de las clases virtuales y la fatiga del trabajo virtual cumplieron su rol, pues al ver la alternativa nadie estaba dispuesto a volver.

La propaganda de la tiranía sanitaria de volver a las restricciones funcionó al principio por el alza tan estrepitosa de las infecciones.  Mas la semilla había sido sembrada y la tierra estaba abonada, era cuestión de tiempo para que se vieran las consecuencias de un mal año pasado. Que la planta de la revolución creció con la propuesta de reforma tributaria por el Ministro de Hacienda Carrasquilla, quien ha tenido escándalos de corrupción y es un muy estudiado economista. Esta propuesta velaba por la renta básica universal y cada vez mas tributos a las personas de mayores ingresos. La propuesta no fue leída y mucho menos comprendida por la gente, que junto a una serie de malas entrevistas frente a canales masivos de televisión llevó al rechazo entero del ministro y de su reforma. Lo cual fue rápidamente asociado con el gobierno y la clase política que estaba tan desconectada de la realidad del colombiano común que no sabían cuanto cuesta una canasta de huevos.

Estas apariciones malogradas del ministro fueron las que prendieron los fuegos de la revolución. La ira, el resentimiento y el odio por las condiciones en que estaban las personas salió de repente y con fuerza; se vio que todos los sectores se unieron rápidamente a protestar y alegar contra las declaraciones del ministro. No miraron que decía la reforma o que buscaba, ya no les importaba pues su ira tenía que sentirse. Así empiezan las marchas los primeros días de manera pacífica de día y de manera violenta de noche, muchas personas salieron pidiendo que cayera el proyecto de ley que no estaba bajo debate en el Congreso. Las marchas siguen presionando sin miras a la tiranía sanitaria, pero sin comprender el fútil proyecto de ley, que finalmente cae.

No conforme con esto la revolución sigue y se pide el apoyo de los artistas, periodistas y demás medios para mostrar lo que esta sucediendo en el mundo. La presión aumenta e inicia la represión policial democrática, muchos agentes de las fuerzas armadas y policías inician campañas en las noches de ataques contra los vándalos en las protestas, pues varias personas en las protestas destruían y robaban. En muchas protestas estos vándalos ladrones eran separados por quienes protestaban pacíficamente pero el número de vándalos incrementaba, al punto que se deslegitimo la protesta para solo mirar a los vándalos. Por eso las fuertes represiones policiales en ciudades como Bogota o Cali que antes estaban inundadas por el microtráfico de droga en sectores donde la fuerza pública nunca había entrado, lo cual llevó a varias desapariciones, secuestros, muertes y capturas. Las primeras noches de las protestas fueron unos choques violentos entre vándalos, policías y protestantes; era muy difícil saber quien es quien. Muchos grupos marxistas como el ELN y las disidencias de las FARC nombraron su apoyo a las protestas junto al chavista declarado Gustavo Petro. Entre todo el fuego de los choques estaba una población encerrada en el miedo a la policía, a los vándalos y a los protestantes; muchos negocios fueron destruidos, muchas ejecuciones extrajudiciales y varios policías cayeron.

El ministro de hacienda fue removido y tomó puesto Restrepo como parte del gabinete presidencial con su lema de austeridad ante el gasto público. Pero las protestas seguían y seguían pues los protestantes decían que su consigna no era solo la renuncia del ministro sino de la presidencia junto a mejores condiciones para los colombianos. Empiezan a aparecer pequeños grupos armados guerrilleros en las calles, se tapan vías nacionales y se cobra por viajar por las carreteras. Las protestas en varias ciudades siguen, se saquean almacenes y supermercados. Muchos de los desaparecidos no aparecen y no se sabe que grupo se los abra llevado o si fue el gobierno mismo. La policía empieza a actuar de noche con tanquetas por varias ciudades del país, se despliegan fuerzas en Cali y Bogota por los aires. El caos empieza a reinar en muchos lugares. Los artistas y cantantes empiezan a mostrar su apoyo a las protestas sin saber mucho que esta pasando ni porque la gente protesta.

Hay un comunicado oficial del presidente tras varios días de silencio, se habla de las intervenciones de venezolanos dentro de las marchas junto a la injerencia de grupos socialistas dentro de estas. Se ignoran los abusos policiales y el presidente no habla de ellos, se enfoca en los robos y las injusticias de los vándalos. Los vándalos continúan y muchos protestantes temen por sus vidas. Así se genera un caos que solo mueve a más movilizaciones y cobertura internacional por las muertes de los mártires revolucionarios, la revolución marcha y se intenta una infructuosa toma del Congreso con los congresistas dentro. Hubo fallas, pero se ve el descontento popular con el parlamentarismo, ya hace mucho tiempo Donoso Cortes señalaba los yerros de un sistema liberal parlamentario y las divisiones a la que llevaba. Las personas de manera intuitiva vieron que el sistema democrático, liberal y parlamentario esta destinado a la mediocridad, el fracaso y la injusticia; solo que quieren soluciones dentro del mismo.

 El espectro político parece bandearse entre liberales y socialistas, donde no se ve en ningún momento la encíclica Rerum Novarum que condena a los dos como formas de opresión. La misión ultima de todas estas revoluciones es destruir y olvidar el patrimonio espiritual de la Iglesia a favor del liberalismo, socialismo y la democracia; donde se mira cada vez mas a los intereses de cada uno movido por la destrucción del tejido social y una dialéctica del amigo y el enemigo que solo se enfoca en lo material. El fin ultimo de la revolución es intentar borrar a Dios de las mentes, instituciones y del espacio público. La mejor lucha contra los aires revolucionarios, la indignación y el hambre ya la dio San Benito de Nurcia en su famoso “Ora Et Labora”.

San Benito de Nurcia establece esta norma monástica para poder enseñar la disciplina corporal y espiritual a las personas de su orden, solo a través de la austeridad, el trabajo y la oración puede el hombre evitar los vicios y los pecados. Esta aproximación nos da una solución para los problemas de la usura que lleva a las injusticias y a las diferencias; es un paso a la superación del parlamentarismo hacia modelos justos donde se valore el trabajo y se abandone la usura.

Hoy, el presidente ha abierto mesas de dialogo con los otros representantes de los partidos y ha ignorado el pliego de peticiones del Comité del Paro. Este Comité que no se sabe de donde salió proponía un gasto publico enorme y la total dependencia de la gente al Estado (socialismo). Las mesas de dialogo han calmado las protestas un tanto y se espera que se renueve un orden. Falta que se estudie como pasará todo, parece ser que solo seguirá el liberalismo y el socialismo como alternativas dentro del régimen democrático. No hay nada nuevo debajo del sol.

El futuro colombiano parece estar de la mano del liberalismo rampante que se enorgullece de estar lejos de Dios y de un socialismo que en nombre de la igualdad maltrata a la Iglesia y a sus fieles. El indigenismo quiere borrar todo signo de la Iglesia y llevarse consigo a la herencia española, estos siguen una narrativa separatista con alianzas al socialismo. Nunca han visto que su lengua es el español y que esa Corona que tanto odian fue la que les dio mas garantías que los ingleses. Ese odio y resentimiento solo es propaganda acompañada por la ignorancia de la historia colonial, es una tristeza que sufran de modas extranjeras y no vean la belleza que es su relación con España. Los grandes generales mestizos como Agualongo que sirvieron a España con tanto amor son olvidados por el revisionismo historico amañado que solo busca la división.

Entre el liberalismo, el socialismo y el indigenismo se encuentra el futuro de una oscura Colombia que no mira a las raíces espirituales, economías y políticas de sus problemas. Hoy más que nunca es necesario leer a Donoso Cortes, De Maistre y Rerum Novarum; el futuro de los países esta designado por Dios que en su Divina Providencia permite el mal para que un bien mayor surja. Hoy oremos y pidamos a la Santa Trinidad junto a la Virgen María que haya misericordia sobre Las Américas. Dios nos guarde del mal.

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