Porque Hollywood ya no sabe hacer películas

Para hacer una película se necesita: un concepto o distintos conceptos detrás de la premisa o trama de la película incluyendo a los personajes de la misma, momentos derivados (o no) de los conceptos y finalmente, la ejecución de dichos momentos. De estas tres cosas la ejecución es la menos importante pues no necesitas que sea perfecta si el concepto y los momentos son lo suficientemente buenos. Un ejemplo claro de esto es la existencia de ciertas películas de bajo presupuesto pertenecientes a las llamadas «B Movies» que se caracterizan por ejecución mediocre o con severas limitaciones, que aún así, marcan y trascienden por lo notable de sus conceptos o los momentos que presentan. Otro ejemplo serían películas que en su momento no eran de bajo presupuesto, pero cuyos efectos especiales, calidad visual o «ejecución» están «desactualizados» para estándares mas recientes pero que sin embargo siguen vigentes y se pueden ver y apreciar tranquilamente -piensen en una película como Volver al Futuro.

La mayoría de las buenas películas y en definitiva todas las clásicas del pasado, notarán, se construían primero alrededor de un concepto o serie de conceptos que luego eran desarrollados lógicamente en los momentos de la película y finalmente ejecutados con mayor o menor éxito. El concepto no tiene porque ser siempre único excelente e irrepetible, simplemente tiene que ser lo suficientemente sólido o fresco en el contexto que se desarrolla. Lo que importa es que la película se centre en tomarlo como base y punto de partida para desarrollarse en momentos.

El problema actual que los modernos tienen a la hora de hacer películas -y todo otro tipo de artesanía o arte- es que justamente han abandonado el «concepto» como factor fundamental de su obra. Las películas actuales no se construyen en torno a conceptos sino en torno a momentos que son pensados como simples exhibiciones de ejecución técnica. Las películas actuales son solo una serie de momentos ingeniosos, ligeros de comedia o cierta tensión y un gran momento triste -a veces feliz- final. La gente sale del cine (cuando habían cines) habiendo visto un hilo de eventos desconectados o con poco sentido pero que como culminan en un «gran momento» sienten que la película fue de hecho buena, trascendente o memorable cuando en realidad solo fue una gran inyección de endorfinas al final.

No se me ocurre mejor manera de ejemplificar las diferencias entre el «enfoque en momentos» actual con el «enfoque conceptual» pasado que viendo la primera y última película de la franquicia de Toy Story, separadas entre si por casi 25 años. Toy Story 1 es una explosión de ideas, conceptos y hasta de ejecución al ser la primera película de duración completa realizada por computadora. Las dos ideas centrales: los juguetes tienen vida propia y tienen una conexión especial con sus niños y el juego son canalizados a través del concepto de una película de una pareja dispareja y a partir de allí se determina todo lo que sucede en el film. Toy Story está hecha de tal manera que no puedes acceder a la siguiente escena sin la anterior, los momentos están hilados en servicio a sus personajes (derivados de los conceptos e ideas iniciales) y puestos ahí en servicio del desarrollo de la historia. El clímax de la película es una gran escena de acción pero que no está hecha para ser un gran momento triste o feliz, es solo el pago o conclusión lógica del hilo que se venía armando desde el principio, no es que Buzz y Woody de pronto deciden ser amigos al final y todo son fuegos artificiales y abrazos, su relación se arma poco a poco desde el principio. Por el contrario Toy Story 4 gira en torno al gran momento triste al final, la película es solo una serie de eventos ligeramente conectados que culmina en la gran despedida de Woody y Buzz, la película es aburrida cuando se mira de nuevo justamente porque todo lo que sucede hasta el final es una gran perdida de tiempo, son simples escenas o momentos de acción o comedia que pierden toda tensión o todo chiste después de la primera vez. El momento final es tan desigualmente importante al resto de lo que sucede en la película que las mismas personas involucradas en el desarrollo de la misma remarcan lo «importante» y «emocional» de ese momento, por el contrario Toy Story 1 no está definida por un gran momento conmovedor que determina toda la película, mucho menos lo tiene exclusivamente al final.

La dicotomía concepto/momento sirve para explicar el porque, por ejemplo, la nueva trilogía de Star Wars es tan terriblemente mala y será olvidada en unos años. Empezando por The Force Awakens, como ya todos sabemos, es simplemente un refrito de episodio IV, una serie de momentos dentro del concepto ya existente de «Star Wars» y justamente por esto es que se considera la «mejor» de todas las nuevas películas, la falta de originalidad es su fortaleza; pero luego The Last Jedi quiere ser «original» y sin mayor consideración al contexto general de lo que se manejaba hasta ahora, decide meter un montón de conceptos e ideas no solamente mal pensados, sino totalmente subversivos a lo que constituye Star Wars lo cual genera una disonancia conceptual tal que se podría decir sin exagerar que esa película destruyó la franquicia; y al destruirla llega The Rise of Skywalker que al quedar totalmente huérfana de conceptos por la destrucción contextual y conceptual del film anterior no es más que un hilo absurdo e inconexo de momentos «cool» con un gran nivel ejecución técnica.

¿Qué sucede con las películas de superhéroes entonces, tienen algún concepto subyacente? Si claro, el concepto de los «superhéroes». Eso es todo. Todo lo demás que se maneja dentro de esas películas son solo momentos derivados de ese único concepto, por eso todas las películas del genero se sienten tan «de formula», porque la lógica del «superhéroe» no te permite hacer nada excepto contar algún chiste y luego pelear con un gran tipo malo al final. La ejecución de dichos momentos podrá ser muy buena y entretenida pero el concepto está totalmente agotado, que es la razón por la cual cuando la ejecución falla, las películas de superhéroes son básicamente irredimibles. Por cierto que no sólo está agotado ese concepto en las películas, en la fuente original, los comics o historietas, también; si acaso las películas le dieron un poco de nueva vida al medio original de los superhéroes.

Hollywood actual solo sabe hacer bien la ejecución de los efectos especiales o técnicos de las películas ya que han dejado de valorar la parte conceptual -excepto para hacer propaganda progre- y buscan subvencionar esta carencia con simples «momentos» que a su vez usan como demostración de su poder de ejecución técnica y como un simple truco de emisión de endorfinas para engañar al cerebro para que disfrute películas estúpidas y sin alma…esto y que todos son unos ateos inmorales que ya no tienen las cadenas del mundo cristiano -incluso el protestante- encima.

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