Los fujimoristas se ven a sí mismos como el último bastión de civilidad contra las hordas de bárbaros que amenazan con traerse abajo este “país próspero”, el modelo económico y su bendita Constitución del 93. Hay quienes les siguen la corriente puerilmente, otros, con un poco más de madurez, entienden que no son ninguna salvación, solo un paliativo. Leer más